domingo, 1 de mayo de 2011

Texto "Lo que trabaja en las imágenes: entre el estereotipo y el arte" de Hernán Ulm


Si es cierto que las imágenes son la instancia a través de la que se establece nuestro lazo social (como afirmaba Guy Debord); si es cierto que las imágenes no pueden ser reducidas a un enunciado que las explique (según indicaba Barthes); si es cierto que las imágenes no ilustran aquello que ya está expresado en el lenguaje(Warburg y Didi Huberman); si es cierto, en suma, que las imágenes no son apenas una forma de representar el pensamiento sino que ellas mismas son un modo de pensar, entonces es necesario realizar sobre, con y a través de las imágenes un ejercicio  esforzado y vigilante que no es más que el trabajo del pensamiento.  Para pensar con las imágenes y, de ser necesario, contra ellas.
Las imágenes funcionan como un dispositivo que reúne los datos dispersos de nuestra sensibilidad. El “paisaje” no existe por sí mismo sino en una imagen visual que organiza la mirada poniendo en relación algunos elementos visuales y eliminando otros. Lo “armónico” no existe sino como una imagen acústica que organiza y pone en relación algunos sonidos dejando de lado otros. En suma, el trabajo de las imágenes, su función de pensamiento, es organizar un mundo a partir de nuestras sensaciones.
En ese sentido las imágenes pueden funcionar de dos modos contrapuestos: de un lado las imágenes expresan el límite en el que el trabajo del pensamiento se cancela a sí mismo. Es la función que cumplen las imágenes estereotipadas, las imágenes cliché en las que el trabajo del pensamiento encuentra su agotamiento e imposibilidad. El estereotipo es la agonía del pensamiento. Las imágenes estereotipadas (visuales, acústicas o audiovisuales) organizan el mundo en una unidad que sea siempre la misma: en ellas sólo hay lugar para las identificaciones inmediatas y los reconocimientos repetidos. Allí ya no hay como crear sino siempre la monótona tarea de reiterar lo mismo.
Pero, por otro lado, las imágenes liberan en el otro extremo un nuevo campo de posibilidades. Es posible desorganizar un estereotipo. Es el trabajo del pensamiento que se llama arte: las artes visuales, la música, el teatro, el cine, encuentran allí su lugar, su función pensante, su trabajo de pensar. Crear, en arte, no tiene otro sentido sino el de trabajar sobre aquellas imágenes estereotipadas que nos ha sido dadas, para distribuir de otro modo el horizonte en el que se constituye el mundo, abriendo una fisura por la que lo inesperado, lo insólito, se abran entre las comodidades de lo cotidiano. Para romper las formas en que, por y a través de las imágenes estereotipadas, se clausura el pensamiento y se instala lo que se muestra como una “evidencia”. El arte ejercita el trabajo del pensamiento contra los estereotipos para que, en lo que ellos imponen como “verdad”, lo visible se aparezca como aquello que nos ciega, revelándose el  ruido de lo que en ellos siempre calla. 

Hernán Ulm

1 comentario:

  1. de todo lo expuesto tb puede desprenderse q el arte refuerza la identidad y los vínculos (hace memoria, hace historia, bah)
    ahora bien, q clase de arte será, entonces, en la era moderna, el resultante de la vida en una comunidad cerrada, homogénea, prejuiciosa y estereotípica como un barrio privado muerto de miedo de toparse con extraños ?

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